Palamós, Cabo de Creus y Côte Vermeille en Francia

La navegación empieza y acaba en Palamós, acogedor pueblo marinero con una de las flotas de pesca más importantes de esta zona.

Ruta en barco de vela:

1. Palamós – Estartit: 15 millas

2. Estartit – Cadaqués: 25 millas

3. Cadaqués – Port de la Selva: 15 millas

4. Port de la Selva – Puerto de Argelès-sur-Mer: 20 millas

5. Puerto de Argelès-sur-Mer – Cala Prona: 20 millas

6. Cala Prona – Cala Montjoi: 15 millas

7. Cala Montjoi – Palamós: 30 millas

Un crucero costero durante el cual podremos admirar los contrastados paisajes de la Costa Brava, el fantástico y agreste Cabo de Creus y la diversidad de colores del sur de la costa francesa.

La navegación empieza y acaba en Palamós, acogedor pueblo marinero con una de las flotas de pesca más importantes de esta zona.

En la Costa Brava hay una gran cantidad de calas y lugares interesantes, por lo que el itinerario propuesto es una de las muchas posibilidades existentes. No dudéis en cambiar vuestro programa si así veis que se ajusta más a vuestros deseos o experiencia, o simplemente para una mejor adaptación a las condiciones meteorológicas del momento.

Si no se prevé una entrada de viento del norte (tramontana), lo mejor es hacer los preparativos rápidamente y salir el mismo día del embarque.

Si hay tramontana, debemos tener en cuenta que este viento se va fortaleciendo a medida que se remonta la costa. Con tramontana hay dos lugares claves de paso. El primero es el Cabo de Begur a partir del cual la tramontana es bastante más fuerte. El segundo es el Cabo de Creus, que puede resultar infranqueable puesto que en este lugar el viento, la mar y la corriente son normalmente muy fuertes en condiciones de viento del norte. Palamós y sus entornos son zonas de navegación protegidas de las entradas de tramontana fuertes.

DÍA 1. Puerto de Palamós – Cueva de Gispert – Aiguablava o Puerto de l’Estartit.

A primera hora de la tarde estaremos en el Puerto de Palamós.

Es hora de embarcar y familiarizarnos con el velero. Al poco, salimos de puerto y ponemos rumbo nordeste, costeando. Realizaremos la travesía remontando a vela uno de los paisajes más bonitos de la parte central de la Costa Brava, las calas de Begur.

A pocas millas de la salida, pasaremos por los islotes rocosos de nombre Islas Hormigas, ideales para hacer inmersión, pero rodeadas de escollos peligrosos.

Pasadas las Hormigas, veremos los pintorescos pueblos de Calella de Palafrugell y Llafranc, donde encontraremos el primer puerto deportivo de nuestro itinerario.

El puerto de Llafranc es pequeño, con pocos amarres y escasas plazas disponibles para transeúntes. Aunque sea un lugar interesante, es mejor evitarlo en temporada alta.

Al norte de Llafranc veremos el Cabo deSan Sebastián. A destacar el faro que hay sobre la montaña, pues es uno de los más potentes de la costa catalana. Este faro es frecuentemente utilizado por los barcos de recreo que, viniendo del norte, les indica el punto de partida para la travesía hacia las islas Baleares. El cabo de Caballería en Menorca queda a sólo 115 millas rumbo 159º.

Pasado San Sebastián, hay un rosario de calas muy agradables y aptas para el fondeo, que hacen de esta parte de la costa una zona inolvidable.

Las más importantes son las calas de Tamariu, Aiguablava y Sa Tuna.

Cala Tamariu. Con el pueblo de Tamariu como telón de fondo, es una cala abierta a Garbí, llamativa pero con poco resguardo ante los vientos dominantes. Durante la temporada estival está repleta de boyas privadas para pequeñas embarcaciones.

La siguiente cala es Aiguablava, pero antes de llegar veremos la cueva de Gispert, lugar que vale la pena visitar.

A 400 m al norte de los islotes ‘del Terme’, hay una gran mancha amarillenta en el acantilado a unos 30 m al norte de la entrada. La cueva es una profunda y oscura cavidad en la roca. Se puede fondear el velero cerca de su entrada y entrar con el bote auxiliar. Atención, debemos llevar una linterna pues dentro reina la oscuridad. Recomendamos la visita. La boca hace unos 3 m de anchura, y llega a 20 m en el interior. La cavidad tiene unos 200 m de largo por 12 m de alto. El fondo es de arena y al final de la cueva hay una minúscula playa de piedras.

Cala de Aiguablava y Fornells. Muy bien protegida, es un paisaje de postal. Tiene una playa de arena, un par de restaurantes y una pequeña urbanización que no la desfigura. En el lado este se encuentra el Parador Nacional. Unas boyas impiden anclar en la parte más interior de la cala. Esta cala es la mejor opción de fondeo para pasar la noche en la zona, aunque durante el verano es difícil encontrar espacio para el barco si se llega tarde.

El mejor lugar para fondear es al este, bajo el Parador.

Se puede intentar amarrar a una boya y así ahorrarnos velar el ancla durante la noche, pero debemos tener presente que las boyas son privadas y sólo nos podremos amarrar si la persona que se encarga de ellas, y que se desplaza por el campo de boyas con una embarcación neumática, nos da el permiso correspondiente.

Al norte de la cala de Aiguablava se divisa el pequeño puerto de Fornells, sólo adecuado para embarcaciones menores con calado inferior a 1 m, y por lo tanto no apto para veleros.

Al norte de Aiguablava veremos el Cabo de Begur.

Pasado el cabo debemos poner atención a la Punta Palom. A unos 100 m de esta, hay un escollo que sobresale poco del agua y es peligroso. Contorneando la Punta Palom llegaremos a la última de las calas interesantes de la zona:

Cala Sa Tuna. Lugar muy pintoresco, ancho y de fácil fondeo, aun cuando no ofrece tan buen resguardo como Aiguablava. Es necesario evitarla con vientos de componente norte. La descripción de la cala está en la etapa del día 7, cuando sugerimos su visita.

Para la primera noche recomendamos fondear en cala Aiguablava, dejando la visita de cala Sa Tuna para el último día, ya de vuelta a Palamós. Si no queremos pasar la noche fondeados, y deseamos la tranquilidad y comodidad de un amarre, el destino de hoy puede ser el puerto deportivo de l’Estartit, acogedor y bien preparado, a una distancia de sólo 14 millas de Palamós.

DÍA 2. Aiguablava, Estartit – Islas Medes – Cala Montgó – Golfo de Roses – Cala Montjoi – Roses o Cadaqués.

El segundo día nos va a ofrecer una agradable navegación a través del Golfo de Roses hasta el Cabo de Creus.

Pasaremos por las Islas Medes, parque natural de excepción. Es parada obligada. Recomendamos la visita a primera hora para evitar el exceso de embarcaciones del mediodía. El conjunto de islotes es una reserva natural submarina de relevancia y está prohibido el fondeo. Debemos amarrarnos a una boya –gratuito-. Zambullirse en sus aguas es realmente espectacular por la cantidad y diversidad de fauna que encontraremos.

El conjunto de islotes está formado por siete islas y varios escollos. La más grande de las islas es la Meda Gran, que llega a los 600 m de ancho. La sigue la Meda Xica. El resto de islotes son de menor tamaño.

Sobre la Meda Gran hay restos de antiguas construcciones. En esta isla sólo hay una playa de rocas situada en la parte sureste. Delante de esta playa se encuentra el mejor lugar para estar: aquí encontramos el primer campo de boyas. Hay un pequeño embarcadero con sólo un metro de sonda. Desde este embarcadero sale el camino que sube hasta la cumbre de la Meda Gran.

El segundo campo de boyas se encuentra al norte de el isla, en la cala denominada La Cuetara. El lugar es bueno si no hay viento del norte.

El paso entre la Meda Gran y la Meda Xica es desaconsejable, dado el poco calado existente entre ambos islotes.

La Meda Xica tiene un interés especial si hacemos inmersión, puesto que en ella hay cuevas submarinas que la atraviesan de un lado a otro.

Continuando nuestro trayecto, desde las Medes hasta Cala Montgó la costa toma un cariz escarpado y difícil, lleno de acantilados grises e imponentes. Si estamos atentos, veremos Roca Forarada, un promontorio rocoso que entra al mar con una cavidad que lo atraviesa de norte a sur.

Pasada la Forarada y antes de llegar a l’Escala está Cala Montgó. Es uno de los fondeos más atractivos de la Costa Brava. Se trata de un fondeo fácil, con fondo de arena y muy seguro. La cala entra más de 1 kilómetro tierra adentro y tiene unos 700 m de anchura en su boca. Al fondo se abre una playa de arena, donde hay un camping, un restaurante y algunas casas.

Si el mar está tranquilo, el mejor lugar para fondear es junto a los acantilados del extremo sur.

A partir de Montgó, ya en el Golfo de Roses, el litoral recupera nuevamente las suavidades arenosas. El golfo se ve inmenso, encuadrado entre las montañas del Canigó a babor y el cabo Norfeu a estribor. Remontaremos el Golfo navegando plácidamente a vela, hasta la población de Roses.

A partir de Roses nos adentramos en la áspera y fantástica geografía del Cabo de Creus, lleno de calas donde encontraremos fondeos adecuados para la mayoría de los vientos, con zonas submarinas de gran belleza.

Las primeras serán Cala Montjoi y Cala Jóncols.

Cala Montjoi. Situada justo antes de llegar al cabo Norfeu, fondeo remarcable casi sin edificaciones. Tiene unos 400 m de longitud y 400 m de ancho. Es un buen fondeo incluso con tramontana. El fondo es de arena.

Atención: En la punta este, conocido como Punta Farrera, hay un peligroso escollo con sólo medio metro de sonda bastante separado de la punta. Es difícil de ver.

Cala Jóncols. Sin edificaciones y con fondo profundo de roca, es un lugar muy apreciado por la belleza del paisaje y la nitidez de sus aguas. Se trata de una cala partida en dos tramos. Fondeo bastante salvaje, sólo con buen tiempo.

Para pasar noche amarrados en puerto, en el extremo sur del golfo de Roses hay el puerto de l’Escala -recomendamos visitar las ruinas de Empúries-. A mitad del golfo hay la marina interior de Ampuriabrava con todos los servicios, y la marina de Santa Margarita, privada, sin amarres para transeúntes. Al norte se encuentra el puerto de Roses, con todos los equipamientos y por ahora todavía no muy saturado. Os recomendamos este último.

Si tenéis ganas de fondear, es muy recomendable pasar la noche en Cadaqués, un entorno excelente. Cadaqués es una amplia cala muy protegida y un lugar de visita obligada. Aún cuando se puede fondear con el ancla –mejor detrás del Piló que a la vertical de la iglesia-, es mejor solicitar una boya al Club Náutico, puesto que estaremos más cerca de tierra y no hará falta estar pendientes del ancla durante la noche.

Será necesaria la embarcación auxiliar, preferiblemente con el motor fueraborda, para ir a tierra. Recomendamos ir a cenar al pueblo, a cualquiera de los pequeños restaurantes de la bahía. Cadaqués es un pueblo magnífico donde las construcciones modernas no han desfigurado su fisionomía. Es muy interesante dar un paseo a pie por sus pintorescas calles y visitar la iglesia de Santa Maria.

La entrada de noche a Cadaqués está señalizada por el faro de Cala Nans.

DÍA 3. Cadaqués – Portlligat – Cabo de Creus – Cala Culip o Port de la Selva.

Durante el tercer día remontaremos el Cabo de Creus, lugar a menudo dominado por la tramontana.

Si salimos pronto de Cadaqués, podemos ir a desayunar a la bahía de Portlligat, de visita obligada. Sus cerros de piedra rojiza y sus antiguas terrazas forman un marco de gran belleza.

Por levante la cala está cerrada por la isla que lleva el mismo nombre. La entrada de la cala tiene 200 m de anchura y está resguardada de todos los vientos excepto los del noreste.

Atención a mantener suficiente distancia con la isla de Mesina y sobre todo durante la entrada a la cala. Entrando por babor hay un escollo no señalado con sonda menor a 1 metro.

Los fondos de algas y barro suben rápidamente de los 12 m en la entrada hasta 1 y 2 m en su parte más interior.

No se puede fondear usando el ancla, pues el fondo marino de Portlligat está cubierto por una pradera de Posidonia protegida. Es necesario pedir permiso para amarrarse a una de las boyas.

Al final hay un pequeño embarcadero, justo debajo de la casa donde el pintor Salvador Dalí pasaba largas temporadas.

Un camino en pocos minutos a pie nos lleva a Cadaqués.

Izamos las velas nuevamente y pasado Portlligat veremos ya la punta del Cabo de Creus, el cual, junto con el islote de Massa d’Oros, constituye la punta más extrema de levante de todo el litoral peninsular. A partir de aquí ya se abre el Golfo de León.

Si hace buen tiempo se puede pasar entre el cabo y el mencionado islote puesto que la profundidad es suficiente para el paso de veleros.

Superado el paso pondremos rumbo noroeste para entrar a cala Culip.

Prestad atención a la isla de la Encalladora. Si el estado de la mar es bueno, podemos pasar por el canal que forma la isla y tierra –Freu de Claveguera-, donde encontramos sonda de 18 a 20 m y una anchura de canal de 70m. A babor veremos un pequeño faro, construido para el rodaje de la película ‘El faro del fin del mundo’.

La cala Culip es muy amplia y de una gran belleza. Podemos pasar la noche en esta cala. Hay un pequeño embarcadero. Los lugares más protegidos de la cala son cerca del propio embarcadero y a la minúscula cala que se forma al sur de este. El fondo es de barro. En el lado oeste de la cala se forman una serie de pequeñas calitas, ideales para fondear si hace buen tiempo.

Bajando a tierra y después de una bonita excursión a pie, encontraremos el faro del Cabo de Creus y la cueva del Infierno, una profunda y oscura cavidad en el extremo del acantilado.

Para pasar la noche recomendamos el puerto de Port de la Selva, bonito pueblo de pescadores –visitar el barrio antiguo-, con excelentes restaurantes de tapas, como por ejemplo el bar de la Marina.

La iglesia de Nostra Senyora de les Neus preside un paisaje de casas blancas que mantiene la disposición urbanística propia de los pueblos de pescadores de antaño.

El puerto deportivo tiene todos los servicios, aunque también podemos echar el ancla sin problemas en el fondo de la bahía en frente de la playa, donde encontraremos el único fondo que la aguanta.

Si hay tiempo es muy recomendable coger un taxi y hacer una excursión hasta el Monasterio de Sant Pere de Roda, situado en la falda de la montaña. Es un monasterio románico del siglo XV y abandonado desde el siglo XVIII, situado a 500 m de altura. Tiene unas vistas únicas del macizo del Cabo de Creus y de su costa norte.

Si tenemos tramontana, no podremos pasar el cabo y será necesario cambiar de planes haciendo una ruta alternativa. La tramontana hace el cabo de Creus peligroso para la navegación, con olas grandes y corriente en contra.

DÍA 4. Port de la Selva – Cabo de Cervera – Cala de Paulilles – Cabo Bear – Collioure – Argelès sur Mer.

El cuarto día nos ofrece la visita de la costa más septentrional catalana y de la ‘Côte Vermeille’ francesa, famosa por sus viñedos al borde del mar.

Temprano por la mañana, pondremos rumbo al norte con destino a Argelès-sur-Mer, en Francia.

Remontaremos la costa sin entretenernos desde el Port de la Selva hasta las cercanías del cabo Bear, con objetivo de pasar el día en la zona norte de nuestro itinerario. De vuelta visitaremos detenidamente la parte de la costa que ahora pasaremos rápidamente.

Prestar atención constante y escuchar la meteo mientras navegamos por el litoral norte del Cabo de Creus, a fin de evitarnos un susto con la tramontana.

Empezamos el día saliendo de Port de la Selva. Pasando por Llançà, Colera y Portbou, a lo largo de un litoral agresivo, llegaremos a la costa del Rosellón.

Con el cabo Falcó por el través entramos en aguas territoriales francesas. Si navegamos cerca de la costa podremos ver sobre una cueva de doble entrada el mástil que marca el lugar exacto de la frontera.

El cabo de Cervera tiene un aspecto singular desde el mar, su roca negra y su verticalidad hacen de él un punto de referencia claro.

Pasado el cabo encontraremos el pueblo de Cervera, lugar de poco interés y sin puerto. Es el primer pueblo en tierras francesas.

Es interesante hacer una visita a las calas de Pedrafita y de Terrambo, justo en la zona donde las montañas de los Pirineos se sumergen en el mar. Podemos fondear en una de estas calas para pasar el mediodía y hacer una excursión por estos solitarios parajes.

Posteriormente veremos Banyuls de la Merenda, con una pequeña marina. Si nos paramos, podremos degustar su típico vino cocido que denominan ‘Banyuls’ y visitar el acuario.

Pasado Banyuls encontramos un buen fondeo, la cala de Paulilles, lugar interesante y poco construido donde aconsejamos hacer una parada fondeando en frente de la playa o en una de las calitas siguientes.

Justo después de esta cala hacia el norte nos encontraremos con el cabo Bear, paso difícil si no imposible, en días de fuerte tramontana. El cabo Bear nos ofrece una buena vista con el Cabo de Creus a popa y el cabo de Leucate por proa.

Del cabo Bear ahora hacia el oeste llegaremos a Port Vendres, el puerto natural más seguro de la zona ante cualquier condición meteo. Antiguamente un puerto importante, ahora con una gran marina deportiva con todos los servicios.

Una milla al norte de Port Vendres entraremos en Collioure. Es un pequeño pueblo con fortalezas medievales, una de las cuales situada en uno de los brazos de la bahía, rodeada por antiguas casas de pescadores. La visita vale la pena dado el atractivo del lugar. Si hay tiempo suficiente, podemos fondear y bajar a tierra para visitar sus estrechas calles adoquinadas. También es interesante visitar el castillo Real (Château Royal).

Recomendamos pasar la noche en el puerto de Argelès-sur-Mer o en Port Vendres, ambos con marinas amplias y modernas con todos los servicios.

DÍA 5. Argelès – Cala Garbet – Cala Prona o Port de la Selva.

Al norte de Argelès empieza la costa de Corberes, una zona de litoral llano y arenoso, con infinidad de viñas en la lejanía. Este litoral se caracteriza por los estanques cercanos al mar. Empiezan aquí más de 100 millas de costa arenosa baja, en contraste con la que hemos visitado hasta ahora.

En este momento, tras cuatro días remontando hacia el norte, viraremos rumbo al sur con destino a nuestro ya visitado Cabo de Creus.

Salimos de Argelès y después de una tranquila navegación a vela, normalmente con el viento a favor, volveremos a entrar en aguas catalanas.

Una primera parada será el puerto de Portbou, en donde podríamos hacer noche. Portbou está escondido entre promontorios elevados que lo encuadran y protegen. Es preciso estar atentos puesto que la pequeña bahía y el pueblo, desde la mar quedan escondidos por estos promontorios. En Portbou hay excelentes restaurantes a lo largo del paseo de la playa. El puerto deportivo es pequeño pero con todos los servicios, aunque también se puede fondear ante la playa. Portbou es un pueblo fuertemente influenciado por la estación de ferrocarril fundada el año 1.878. En aquellos años la estación alejó a los pescadores del mar y posteriormente ha frenado la fuerte implantación del turismo que ha sufrido el resto de poblaciones de la Costa Brava.

Continuando hacia el sur, recorriendo una magnífica costa de imponentes acantilados que caen a pico, encontramos el pueblo de Colera, con una pequeña marina sin demasiado interés –puerto deportivo pequeño y con poca sonda-. Si queremos entrar, al norte de la cala principal se puede fondear. Ofrece poco resguardo pero está limpia de escollos y tiene fondos de arena.

Pasado el cabo Lladró, al sur de Colera, entraremos en la bahía de Cap Ras. Dentro la bahía encontraremos cala Garbet.

Cala Garbet es magnífica y tranquila. Tiene más de 1 km de longitud por 600 m de anchura. En el fondo hay una playa con un restaurante sencillo, un hotel y un camping. El mejor lugar de fondeo es delante de la playa. Fondo de arena. Es un buen fondeo si no hay tramontana ni levante, por lo que es un lugar indicado para pasar la noche si no hay aviso de entrada de ninguno de estos dos vientos.

Hay una pequeña cala al sur, profunda pero con poca sonda, no apta por el fondeo. Atención a un escollo peligroso situado en el lado este de esta pequeña cala.

Estamos ante una costa irregular y dominada por los altos acantilados. Es una zona fuertemente castigada por los temporales de tramontana de invierno.

Saldremos de Cala Garbet para dirigirnos hacia cala Prona, lugar donde aconsejamos pasar la noche, surcando las aguas que bañan la costa norte del cabo de Creus. Bajo un sorprendente acantilado azul grisáceo llegaremos al puerto de Llançà, un puerto deportivo con pocos amarres. La población está a 2 km del puerto.

Al sur de Llançà encontraremos la cala del Cau del Llop (Madriguera del Lobo) y la cala de la Farella. Si queremos fondear es mejor escoger la Farella, con más resguardo pues tiene la protección de los islotes Falcó. Fondos de arena, 4 a 5 m.

Hacia el sur llegaremos a la punta Sernella y a continuación encontraremos Port de la Selva, donde sabemos que podemos amarrar en el puerto deportivo pero también podemos fondear si queremos acabar la jornada en este lugar.

De Port de la Selva al Cabo de Creus la costa nos ofrece un buen número de calas de buen fondeo siempre que no haya tramontana. Podremos navegar muy cerca de la costa dada la ausencia de escollos.

La costa que estamos visitando es volcánica, con multitud de entrantes y salientes, donde descubriremos calas solitarias en un paisaje fuertemente contrastado en orografía y colores.

La primera cala interesante que encontramos al sur de Port de la Selva es el estrecho y profundo entrante en la roca denominado cala Fornells. Está al sur de la isla Meda. Tiene unos 25 m de anchura, con una playa de arena al final. Es un fondeo recomendable si no hay tramontana.

Pasaremos el cabo Gros, acantilado fácilmente identificable por sus 170 m de altura y 800 m de largo.

Una vez pasado el cabo Gros entraremos en el Golfet. Es un engolfamiento semicircular de 1 milla de diámetro, con varias calas, cada una con su personalidad.

De norte a sur encontraremos las siguientes calas:

Cala Galera. Protegida por la isla Galera, se reconoce por una casa blanca visible desde mar abierto. A dos millas de Port de la Selva. Podemos fondear en el fondo de la cala pero no para pasar la noche puesto que no tiene suficiente resguardo. La cala es desierta sin ninguna construcción.

Cala Taballera o Caballera. La más grande de las calas del Golfet. Tiene dos playas y mide más de 500 m de largo por unos 200 de ancho. En la playa más grande, en el lado sur, veremos varias casas en ruinas y una fuente de agua dulce. El fondo es bueno para fondear, pero la cala ofrece poco resguardo ya que está muy abierta a norte.

Entre esta cala y la siguiente hay una pared rocosa muy alta.

Cala Prona. Es una de las calas más bellas de la Costa Brava y donde podemos pasar la noche fondeados. Es estrecha y difícil de ver desde el mar. Tiene 50 m de ancho en la entrada y unos 120 m de largo. Una vez dentro se ensancha formando una pequeña calita ideal para fondear. Hay un pequeño refugio de pescadores con un embarcador y una bonita playa, formando un conjunto realmente paradisíaco. Incluso hay una fuente de agua potable. El fondo de la cala es de arena con algunas piedras. La profundidad es de 10 m en la entrada y de 5 m en el centro.

En el lado sur, hay una playa de arena más grande que la del refugio de pescadores. Tiene un buen resguardo pero muy poca profundidad.

DÍA 6. Cala Prona – Cala Galladera – Cabo de Creus – Cala Guillola – Cala Montjoio Puerto de el Escala.

Hoy cruzaremos el Cabo de Creus en sentido contrario al de hace tres días, rumbo que normalmente ofrece una travesía más tranquila, y por lo tanto nos dedicaremos más extensamente a conocer la costa norte del Cabo de Creus.

Saliendo del Golfet y navegando hacia el sur doblaremos la Punta de Forallons y veremos un par de calas, la cala de los Tres Frares (tres Frailes) que no ofrece protección pues está llena de escollos y la cala Galladera, formada por 3 calas con orientaciones este, oeste y sur.

Cala Galladera es un bonito lugar que merece una visita. De las tres calas, la más interesante es la que queda orientada hacia el oeste, donde hay un grupo de pinos y una antigua caseta de pescadores deshabitada. Es un buen refugio incluso con tramontana, lugar solitario, alejado y paradisíaco. Tiene unos 200 m de largo y 40 m de ancho. Fondo de arena y piedras.

La cala que queda en el lado este es la más pequeña, y ofrece poco resguardo aun cuando hay fondo suficiente para entrar.

La cala que queda en dirección sur tiene tan poco calado que prácticamente sólo se puede entrar con la embarcación auxiliar.

Saliendo de Galladera, y rodeando la isla Portaló –muy vertical y de color negruzco- encontraremos todavía otra cala interesante, cala Portaló.

Cala Portaló está totalmente rodeada por altos acantilados. Ofrece un buen resguardo excepto con tramontana. Entra unos 500 m en la línea de la costa. Está formada por una serie de calas más pequeñas que se abren a ambos lados, y tiene una cadena de rocas bajas en la entrada que actúan como espigones naturales. En el fondo de la cala hay una playa de rocas. Las paredes de piedra laterales caen a pico, por lo tanto podemos acercarnos mucho para pasar una amarra a tierra si es necesario. El fondo de la cala es de arena con algunas rocas aisladas. En la bocana tenemos de 10 a 12 m, y en el centro de la cala hay unos 4 m. No podemos aproximarnos a la playa pues hay poca profundidad.

Continuando nuestra singladura, dejaremos la ya conocida cala Culip a estribor, la isla de la Encalladora, y el Cabo de Creus.

Ahora con rumbo suroeste podremos ver las inolvidables calas antes de reencontrar Cadaqués: Cala Fragosa, Cala Fredosa, Cala Jugadora y Cala Bona. Todas estas calas, si bien muy bonitas, son de difícil fondeo dado que o son muy estrechas y largas, o tienen muchos escollos. Escogeremos cala Guillola para fondear, la última cala antes de Portlligat.

Cala Guillola. Con una boca de 500 m, en su interior se forma un micro mundo de pequeñas calitas. Fondos de 12 a 16 m de arena y algas. Ofrece un buen resguardo excepto para vientos del este. Dentro la cala Guillola, en su extremo suroeste, encontraremos el lugar más protegido de la cala, conocido como cala Jonquet. En el fondo hay una playa de arena. Atención dentro la cala Jonquet, pues el fondo sube con rapidez cerca de la playa.

Para pasar la noche hay varias posibilidades:

En puerto:

Puerto de Ampuriabrava, en la playa del Golfo de Roses, marina interior con todos los equipamientos.

Puerto de la Escala, bien equipado y gestionado, pero algo alejado del pueblo.

Fondeados si el tiempo lo permite:

Como primera posibilidad cala Montjoi, descrita el día 2.

Como segunda opción, cala Montgó, descrita también el día 2.

DÍA 7. Cala Montjoi, L’Escala – Islas Medes – Cala Sa Tuna – Cala Castell – Palamós.

Hemos llegado al último día de crucero, y por lo tanto lo aprovecharemos al máximo.

Iniciaremos el día con una navegación matinal cruzando el Golfo de Roses y pasando los agrestes acantilados que hay entre l’Esclala y l’Estartit hasta encontrar las Islas Medes.

Recomendamos parar aquí otra vez y disfrutar de un baño observando la coloreada fauna submarina. Para los que tengáis ganas de andar un poco, se puede ir con la embarcación neumática hasta el pequeño embarcadero de la Meda Gran y por camino muy marcado ir hasta el faro. Es una bonita excursión por terreno calcáreo. Estaremos rodeados en todo momento por una gran cantidad de gaviotas.

Posteriormente, con rumbo sur a suroeste, dejaremos atrás la playa de Pals y tras doblar el cabo Negro entraremos en Cala Sa Tuna.

Las calas Sa Tuna y Aiguafreda están situadas dentro de la misma bahía.

La cala Sa Tuna es la que queda más al sur, muy limpia de escollos y buen fondeo. Detrás mismo de la Punta Palom se forma una pequeña playa tranquila, conocida como l’Aixugador. Al final de la cala grande encontramos una playa de arena de unos 100 m de largo donde hay un restaurante y casas de veraneo.

El mejor fondeo lo encontramos en l’Aixugador, con fondo de arena y algas.

Aun cuando parezca lo contrario, la cala no ofrece una gran protección, especialmente cuando sopla la tramontana.

Hay boyas en la zona delante de la playa donde podemos aplicar lo que se ha explicado para Aiguablava el primer día.

Entre Sa Tuna y Aiguafreda hay una zona con muchos escollos.

La cala de Aiguafreda está situada al norte de la bahía, y es más pequeña que Sa Tuna. Ofrece mejor protección que Sa Tuna con tramontana, aun cuando el fondo de piedras y arena no ofrece demasiada garantía de fijar bien el ancla. En todo el perímetro de la cala hay escollos peligrosos, cosa que hace que en caso de querer fondear, nos tengamos que mantener en el centro de la cala.

De nuevo en navegación hacia el sur, dejaremos atrás la cala Aiguablava y el faro de San Sebastián, y rumbo hacia el canal que forman las islas Hormigas y el cabo de Planes, llegaremos al atardecer a nuestro destino, punto de partida y punto de llegada del crucero durante el cual habremos disfrutado de estos días de sol, mar y viento.

Si nos queda tiempo todavía, podremos disfrutar de un último baño en Cala Castell, muy cerca de Palamós. Es un fondeo recomendable que ofrece buen resguardo ante vientos de componente norte, pero poco resguardo con componentes sur. El fondo es de arena. El mejor lugar de fondeo está en el lado este de la cala, bajo el promontorio de Sa Cobertera.

A partir de aquí, podemos escoger entre continuar navegando hacia el sur disfrutando de nuevas sensaciones y vivencias, o bien volver a nuestros asuntos cotidianos, satisfechos de haber participado de una experiencia diferente y enriquecedora.

Desembarcaremos esperando otra ocasión para visitar nuestro pequeño mundo denominado Costa Brava, donde los pinos se aferran a la tierra y llegan hasta la mar.